Nunca en mi vida habría imaginado que una cosa así iba a pasar. En serio.
Yo era una empollona de Derecho y mi padre bajaba los sábados a desayunar al bar con La Verdad. Mis hermanos y yo hacíamos los crucigramas y buscábamos las 7 diferencias y luego aprendimos a hacer los sudokus y cosas de esas. Mirábamos la programación del cine. Leíamos la columna de Alcántara.
Ahora yo soy quien esta ahí con su ojo pipa, es mi nombre y eso lo he escrito yo en mi ordenador hace unos días. No tiene ningún sentido, pero va a pasar una vez al mes y soy muy feliz.
Es gracias a quienes hacéis clic sobre mis parrafadas de Querido Millennial todas las semanas, by the way. Como miembro más joven del equipo, juro solemnemente intentar no defraudar las expectativas, tomármelo tan en serio que parezca una broma y hacer que se atraganten las tostadas con tomate.
Columnista en la versión impresa del periódico La Verdad
